INVESTIGACIÓN

Temas transversales

Tema 1 | Prácticas técnicas y simbólicas: individuos y sociedades

Este tema reúne todas las investigaciones metodológicas sobre las prácticas técnicas y simbólicas para abordar temáticas sociológicas y evolutivas (traducción libre al español del término “evolutionary”). Se llevan a cabo a nivel del individuo y de la colectividad.

En la prehistoria, la investigación de las estructuras sociales puede tomar varios caminos dentro de los cuales los estudios de género y las prácticas técnicas pueden combinarse o ser independientes. Los primeros consideran las estructuras sociales en términos de género e identidades. Los últimos se centran en las formas en que el aprendizaje es una actividad estructurante en la reproducción y difusión de los sistemas sociales. Diferentes problemáticas de este subtema entran en sinergia con las desarrolladas en los subtemas 1.2 y 1.3. Género e identidades sociales: La arqueología del género puede entenderse como el estudio de las manifestaciones materiales de la diferencia social. El género, que pretende encajar a los individuos en categorías sociales compartiendo atributos, características y prácticas, se expresa en los objetos, los espacios, la división del trabajo y las actividades, los trajes, los ornamentos, o incluso en las prácticas alimentarias, las condiciones sanitarias, o el tratamiento de los muertos, etc. Es la intersección de estos datos lo que permite un estudio arqueológico del género. El planteamiento requiere la aplicación de enfoques interdisciplinarios que combinen la antropología biológica (sexo, edad, patologías, etc.), la genética y la genómica (parentesco, etc.), los análisis biogeoquímicos (isótopos, etc.) y los enfoques arqueológicos, especialmente los relacionados con las prácticas funerarias y el hábitat. Se pueden abordar también, problemáticas importantes, como el origen de las desigualdades, las estructuras sociales o incluso las modalidades de reproducción de las sociedades. Por último, en los enfoques tecnológicos, el análisis de los conocimientos técnicos y los sistemas de producción también pueden contribuir al estudio del aprendizaje y las modalidades de adquisición del género. Saber y aprender: El desarrollo de los estudios tecnológicos ha contribuido a una mejor comprensión de las múltiples facetas de los sistemas técnicos. En ese sentido, varios trabajos de los miembros de la UMR han sentado bases sólidas para diferentes épocas y áreas culturales. Recientemente, importantes avances han permitido ir más allá de la simple caracterización de las prácticas técnicas. Así, hoy en día es crucial abordar el problema de la variabilidad de la producción técnica a través del prisma de los niveles del conocimiento y del aprendizaje, debido a que ambos constituyen eslabones en la cadena explicativa de las trayectorias técnicas de las sociedades del pasado. El poder reconocer sus niveles de conocimiento, nos permite abordar las cuestiones del aprendizaje, la especialización, la cognición y la variabilidad interindividual y posiblemente la intergeneracional. Por último, también es posible explorar las estrategias de aprendizaje: un campo que sigue siendo muy difícil de abordar, sobre todo para la Prehistoria antigua. Al multiplicar los enfoques y los campos, será posible esbozar el reconocimiento de los individuos y las vías de aprendizaje, así como su diversidad de las estrategias del mismo.

Este subtema pretende explorar los indicadores que permiten, por un lado, caracterizar las prácticas de las comunidades y las redes sociales y -por otro- restituir, en sus dimensiones sociales, las redes de circulación y distribución de los objetos. La articulación entre estos dos aspectos tendrá como objetivo final comprender la dinámica de constitución y cambio de los rasgos culturales. Comunidades y redes sociales: La tecnología ofrece variables que permiten vincular socialmente los conjuntos arqueológicos. Para cualquier producción humana y teniendo en cuenta los procesos de aprendizaje (cf. subtema 1.1), la transmisión de las formas de hacer contribuye a identificar a los actores de una misma esfera social. Por lo tanto, este subtema pretende explorar estas variables y su potencial para caracterizar las redes sociales abordando las siguientes cuestiones: (1) Identificación de las entidades sociales a partir de las formas de hacer y su extensión espacial; (2) Caracterización de las interacciones entre los componentes de una misma entidad social. Este aspecto plantea importantes cuestiones metodológicas (documentación e interpretación de la variabilidad de los rasgos técnicos), que exigen preguntas sobre la naturaleza de los lugares y la constitución social de su población (por ejemplo, la identificación de los lugares de recolección); (3) la caracterización de las interacciones entre entidades sociales en términos de vínculos fuertes (interacciones frecuentes) o débiles (interacciones poco frecuentes). La caracterización de las redes sociales integrará el contexto socioeconómico en el que se practican las competencias, distinguiendo en particular las actividades realizadas por todos los componentes sociales de las actividades especializadas. El análisis combinado de las redes sociales y del contexto socioeconómico, apoyado por el estudio integrado de los diferentes materiales, nos permitirá comprender la dinámica evolutiva que interviene en los cambios de los rasgos culturales. Circulación, distribución: El análisis de las redes de circulación y de las modalidades de distribución de materiales y mercancías contribuirá a evaluar el grado de interacción entre las comunidades. El análisis tecnológico de las producciones arqueológicas permite confrontar las diferentes etapas de la Cadena operativa con los espacios sociales definidos: vínculos entre los sitios de recolección de materias primas y los sitios de producción; vínculos entre productores (en el caso de una división de la tarea); vínculos entre productores y consumidores; y vínculos entre consumidores. Enriquecida por el enfoque geográfico y territorial de las redes de circulación (cf. subtema 3.2), este análisis multi-escalar de las redes sociales contribuirá a evaluar su rol en la definición de los límites culturales de un conjunto (en su sentido más amplio) y las dinámicas sociales en juego durante su evolución.

Este subtema pretende explorar los indicadores que permiten, por un lado, caracterizar las prácticas de las comunidades y las redes sociales y -por otro- restituir, en sus dimensiones sociales, las redes de circulación y distribución de los objetos. La articulación entre estos dos aspectos tendrá como objetivo final comprender la dinámica de constitución y cambio de los rasgos culturales. Comunidades y redes sociales: La tecnología ofrece variables que permiten vincular socialmente los conjuntos arqueológicos. Para cualquier producción humana y teniendo en cuenta los procesos de aprendizaje (cf. subtema 1.1), la transmisión de las formas de hacer contribuye a identificar a los actores de una misma esfera social. Por lo tanto, este subtema pretende explorar estas variables y su potencial para caracterizar las redes sociales abordando las siguientes cuestiones: (1) Identificación de las entidades sociales a partir de las formas de hacer y su extensión espacial; (2) Caracterización de las interacciones entre los componentes de una misma entidad social. Este aspecto plantea importantes cuestiones metodológicas (documentación e interpretación de la variabilidad de los rasgos técnicos), que exigen preguntas sobre la naturaleza de los lugares y la constitución social de su población (por ejemplo, la identificación de los lugares de recolección); (3) la caracterización de las interacciones entre entidades sociales en términos de vínculos fuertes (interacciones frecuentes) o débiles (interacciones poco frecuentes). La caracterización de las redes sociales integrará el contexto socioeconómico en el que se practican las competencias, distinguiendo en particular las actividades realizadas por todos los componentes sociales de las actividades especializadas. El análisis combinado de las redes sociales y del contexto socioeconómico, apoyado por el estudio integrado de los diferentes materiales, nos permitirá comprender la dinámica evolutiva que interviene en los cambios de los rasgos culturales. Circulación, distribución: El análisis de las redes de circulación y de las modalidades de distribución de materiales y mercancías contribuirá a evaluar el grado de interacción entre las comunidades. El análisis tecnológico de las producciones arqueológicas permite confrontar las diferentes etapas de la Cadena operativa con los espacios sociales definidos: vínculos entre los sitios de recolección de materias primas y los sitios de producción; vínculos entre productores (en el caso de una división de la tarea); vínculos entre productores y consumidores; y vínculos entre consumidores. Enriquecida por el enfoque geográfico y territorial de las redes de circulación (cf. subtema 3.2), este análisis multi-escalar de las redes sociales contribuirá a evaluar su rol en la definición de los límites culturales de un conjunto (en su sentido más amplio) y las dinámicas sociales en juego durante su evolución.

En arqueología prehistórica, la referencia a una esfera “simbólica” se utiliza todavía con demasiada frecuencia para agrupar un conjunto heterogéneo de vestigios cuyo único punto en común es que no entran en la explicación tecno-funcional. Este subtema rompe con esta concepción hueca y su postulado de una arbitrariedad cultural fuera del alcance del análisis. Al centrarse en las prácticas (en el cómo y no el por qué), pretende identificar problemáticas comunes al arte rupestre/parietal, monumental o mueble, a los adornos, la arquitectura, la ornamentación, la economía de las materias primas o a los ritos funerarios y otros depósitos voluntarios. El análisis detallado de los gestos técnicos, de la biografía de las producciones materiales y gráficas, así como de sus efectos en la constitución y la transformación de los colectivos humanos, debería permitir así cuestionar dimensiones tan fundamentales como los modos de ritualización, la negociación de las identidades sociales, la estructuración del espacio vivido y de la memoria colectiva, las normas y la estética de las representaciones, o la semiótica de los objetos y las imágenes. Como ocurre en los otros campos de estudio, las prácticas simbólicas pueden ser aprendidas a partir de sus soportes materiales, a través de las cadenas del proceso de producción y de las huellas de uso; y de la manipulación, acumuladas a lo largo de su vida. Estos enfoques permiten destacar la elección de materias primas (significativas por su naturaleza, origen, rareza), los tratamientos técnicos particulares (pocas transformaciones o, por el contrario, un esfuerzo largo y costoso) o trayectorias específicas (reutilización, depósito, desplazamiento, conservación, destrucción). Dichos enfoques aportan claridad a la diversidad de razones (rituales, políticas, cosmológicas, etc.) que intervienen en los procedimientos técnicos. En la medida en que los símbolos constituyen sistemas de signos, también pueden estudiarse por sí mismos. La descripción de las composiciones, los estilos y los arreglos en diferentes soportes permite reconstruir la evolución y la difusión de las tradiciones simbólicas. A través de ellos, se plantea la cuestión de la transmisión del conocimiento, del saber hacer y del papel de los actores. ¿Quién produce los símbolos: los artistas/artesanos especializados o todos? ¿Quiénes son los destinatarios: un círculo restringido o toda la población? Por último, la función de los lugares y su organización espacial son temas de estudio privilegiados para abordar la cuestión de los contextos favorecidos para tales prácticas (ciclos anuales de actividades, lugares donde se ha puesto una alta inversión social, gestión de los espacios para los vivos y los muertos).

Tema 2 | Recursos animales y vegetales (ARV): entornos, economías e identidades culturales

Este tema, esencialmente interdisciplinario, pretende desarrollar un enfoque integral de la explotación de los recursos animales y vegetales, desde sus modos de adquisición, su transformación y su consumo/utilización. Los medios y enfoques utilizados son diversos: desde la reconstitución de los paleoambientes mediante análisis multi-proxy hasta la exploración de los actos técnicos mediante un enfoque tecno-funcional. Este tema alimenta así una pluralidad de interacciones hombre-ambiente a través de la confrontación de diversos enfoques (arqueozoología, tecnología, antracología, traceología, análisis de residuos, análisis isotópico, etc.) sobre restos directos o indirectos de origen variado.

El estudio del comportamiento del aprovisionamiento de recursos animales y vegetales está en el centro de las interacciones entre el hombre y el medio ambiente. Al revelar las opciones y estrategias, el análisis de las fases de adquisición explora una pluralidad de cuestiones económicas, sociales y culturales que han pesado en la captación de estos recursos. Estas cuestiones se abordan aquí de forma más específica teniendo en cuenta las limitaciones y potencialidades de los medios geográficos. ¿De qué recursos disponen las sociedades? Esta primera problemática pretende definir el potencial de recursos animales y vegetales (vivos y fósiles) accesibles en los entornos donde viven las poblaciones estudiadas. Esto requiere un enfoque interdisciplinario (arqueozoología, arqueobotánica, paleontología, geoarqueología, paleoecología, etc.) que tiene como objetivo describir y reconstruir los entornos y paisajes del pasado y -a través de ello- los recursos asociados y su estructuración espacial. Estos trabajos se apoyan principalmente en los referentes naturalistas ya constituidos o en proceso de constitución (cf. tema 5 y la plataforma). Otra problemática importante es la que se refiere a las variables (intrínsecas y extrínsecas) que han influido en la selección de los recursos explotados. Más allá de las reconstrucciones del entorno, el interés se centra sobre todo en las motivaciones (técnicas, sociales, culturales, simbólicas, etc.) que llevan a un grupo humano a identificar los recursos del entorno y a seleccionar algunos de ellos. Para ello, los objetivos tecno-económicos están relacionados con las propiedades de los recursos (morfométricas, biomecánicas, de color, de textura) y con factores extrínsecos relacionados con las limitaciones y potencialidades del entorno (escasez frente a disponibilidad, etc.). Por último, nuestras interrogantes se refieren a la dimensión estratégica de la oferta: ¿cómo se realizan las diferentes selecciones? ¿Cuáles son sus coincidencias o diferencias ambientales? ¿Qué continuidad y evolución de intenciones son perceptibles? Fuertemente relacionadas a los modos de vida, las estrategias y elecciones realizadas se aprenden a través de las tecnologías (armas de caza, herramientas, dispositivos para la caza, la cría y la agricultura, etc.) y las prácticas de captura de recursos (tipos de caza, pesca, recolección, cosecha, etc.). También se examina la adquisición de recursos exógenos: (1) a través de los métodos de obtención (expediciones especializadas o combinadas, redes de intercambio); (2) teniendo en cuenta el papel de los fenómenos de agotamiento espacial y temporal de los recursos o de degradación del medio ambiente, que llevan a los grupos humanos a modificar su comportamiento.

Este sub-eje está específicamente dedicado a la transformación y a los usos técnicos de los recursos animales (terrestres y marinos) y vegetales (terrestres, acuáticos). Se considerarán aquí los materiales duros o semiduros (hueso, asta, marfil, dentina, concha, madera) directamente accesibles a través de una diversidad de producciones materiales y residuos de fabricación. La explotación de los recursos blandos o flexibles (fibras vegetales, cortezas, tendones, pieles, cuernos, etc.), que es más difícil de identificar, puede documentarse principalmente a través de pruebas indirectas de su transformación (análisis traceológicos y de residuos del equipamiento óseo, lítico, cerámico y metálico). Por tanto, este subtema propone abordar tanto los aspectos perceptibles (visibles) como los imperceptibles (invisibles) de la explotación técnica de estos recursos. De hecho, se pretenden reunir las investigaciones realizadas por especialistas en diferentes materiales para lograr un enfoque global del “hecho técnico”. Los enfoques utilizados (tecnológico, experimental, traceológico, etc.) toman en cuenta la naturaleza específica de los recursos: altamente perecederos o ligeramente degradables; su acceso potencialmente restringido (escasez/peligrosidad del animal; recurso estacional, etc.); propiedades mecánicas diferenciales según los materiales y su estado físico post-deposición en el que se encuentra (état de fraîcheur), en función a la edad, el sexo de los individuos o a la parte anatómica explotada. Todos estos elementos intervienen, en última instancia, en las opciones técnicas, económicas y funcionales de los grupos que los explotan. Teniendo en cuenta la dimensión más culturalista de nuestros planteamientos, este subtema forma parte del enfoque de la tecnología cultural. Propone explorar el hecho técnico desde diferentes ángulos: la huella, el gesto, el savoir-faire y la transmisión de esos savoir-faire para comprender diferentes facetas de los modos de vida de las comunidades del pasado. Nuestros análisis abordarán diferentes escalas humanas, desde el individuo que representa el eslabón más elemental del grupo, hasta el colectivo (la comunidad, el grupo cultural) y sus normas que encontraremos a través de la repetición/regularidad de los actos; e incluso las variaciones a esa(s) norma(s) (¿cómo? ¿por qué?). Esta sub-área analizará los mecanismos multifactoriales de aparición y desaparición de las innovaciones técnicas propias de los recursos animales y vegetales (origen, hitos espacio-temporales de difusión o, por el contrario, de rechazo/resistencia a los cambios); pero también las normas culturales que subyacen en ellas y las modalidades de su transmisión (aprendizaje intergeneracional; difusión de conocimientos/conceptos en periodos largos/cortos; en espacios geográficos amplios o restringidos; etc.). Las decisiones tomadas en la explotación tecno-económica de estos recursos orgánicos se discutirán a la luz de las limitaciones y las ventajas que ofrecen los medios geográficos.

Reflejo de la identidad social y cultural, los hábitos alimentarios son un objeto de estudio privilegiado en la historia de las sociedades antiguas. El valor identitario de las prácticas culinarias se expresa no sólo en la elección de las sustancias animales y vegetales utilizadas, sino también en los métodos de adquisición, conservación, preparación y consumo de los alimentos. Este subtema, en constante diálogo con las problemáticas relacionadas con la disponibilidad de recursos (tratadas en el subtema 2. 1), pretende abordar cuestiones transversales como (1) las rupturas frente a las continuidades de las prácticas alimentarias a lo largo del tiempo, tratadas a través de estudios de casos realizados desde el Paleolítico europeo hasta la Edad de los Metales en el sudeste asiático; (2) la homogeneidad frente a la diversidad de los hábitos alimenticos, especialmente a través de los trabajos realizados sobre los inicios del Neolítico en el Mediterráneo; (3) la alimentación en entornos contrastados (lo continental frente a lo insular; la llanura frente a la montaña) con ilustraciones de las islas del Pacífico. Todas estas investigaciones abordarán, entre otras cosas, la cuestión del impacto de las elecciones alimentarias en la movilidad y la salud de los individuos, así como su papel estructurador en la organización económica, social y simbólica de las sociedades del pasado. La reconstrucción de las prácticas alimentarias se realizará mediante el análisis de diversos restos materiales: faunísticos y botánicos, huesos humanos, herramientas líticas y recipientes cerámicos. La colaboración científica entre investigadores especializados en diferentes restos será una oportunidad para reflexionar sobre las estrategias de muestreo y los protocolos de análisis comunes que, con el tiempo, permitirán realizar sólidas comparaciones entre períodos cronológicos o áreas geográficas. Ello ofrecerá una oportunidad única para llevar a cabo una reflexión colectiva sobre el cruce razonado de los diferentes indicadores para una lectura holística de las antiguas prácticas alimentarias.

Tema 3: Sitios, territorios, movilidades e interacciones

Este tema propone reunir los numerosos proyectos de investigación que aplican ciertas problemáticas y métodos que van desde la geografía humana hasta los contextos prehistóricos. Los trabajos realizados permiten cuestionar la organización intra-sitio y rastrear el asentamiento y los movimientos de las poblaciones en sus territorios. Estos datos permiten identificar las relaciones que comparten -a veces a muy larga distancia- los grupos humanos, ya sean nómadas o sedentarios. El tema de las migraciones también se aborda en la reconstrucción de los procesos que condujeron al asentamiento de diferentes regiones del globo.

Paralelamente a las investigaciones sobre las dimensiones crono-culturales, en la segunda mitad del siglo XX se desarrollaron progresivamente las reflexiones sobre la organización territorial de los grupos humanos y su movilidad. A partir de los aportes de la arqueología espacial y de la etnoarqueología, estas cuestiones han pasado a ser esenciales para abordar los modos de vida de periodos prehistóricos, ya sean de grupos nómadas o sedentarios. Para los periodos más antiguos, este subtema acogerá las investigaciones llevadas a cabo desde hace varias décadas gracias a la paletnología sobre las funciones de los sitios (organización espacial de los campamentos, tecno-economía de los conjuntos de vestigios y el espectro de actividades) y los modos de movilidad asociados (estacional y anual). También abre el debate sobre los problemas de la arqueología espacial y su modelización mediante el uso de herramientas digitales (base de datos, SIG), mucho más desarrolladas para el Neolítico y la protohistoria. En estos contextos, la organización territorial se abordará a través de las relaciones percibidas entre los sitios de hábitat, los sitios funerarios y “rituales”, los sitios de extracción y los talleres de producción especializados, las zonas de pastoreo, etc. En el caso de los periodos más antiguos, aunque algunos contextos estén más fácilmente predispuestos a iniciar estos debates, la cuestión de la representatividad de las zonas excavadas -a escala del yacimiento arqueológico y más allá de ésta- sigue siendo una variable compleja de dominar. Además de abordar los terrenos y periodos favorables a la realización de estos planteamientos, el objetivo del subtema será, por tanto, llevar a cabo una reflexión colectiva sobre las dificultades metodológicas encontradas a la hora de abordar los problemas mencionados anteriormente. Se planteará la temática de la naturaleza y de la representatividad de las fuentes necesarias para estudiarlas a escala intra e intersitio, favoreciendo al mismo tiempo los inevitables intercambios interdisciplinarios (enfoques tecnológicos, espaciales, funcionales, arqueozoológicos, geoarqueológicos, paleobotánicos, etc.). La relevancia de los instrumentos metodológicos y su aplicación concreta nos permitirá evaluar sus límites y las necesarias adaptaciones que se requieren según los contextos. Así pues, se debatirán conceptos muy utilizados en la actualidad, pero a menudo problemáticos. Por ejemplo: (1) las tipologías de los sitios (distinción entre espacios domésticos y rituales/funerarios; definición de las estaciones de caza, del hábitat o de los sitios especializados; el impacto de las reocupaciones en la lectura de ciertos sitios, etc.). (2) la reconstitución de los modos de movilidad de los grupos humanos según los contextos ambientales (foragers/recolectores, sedentarios/nómadas). (3) la realidad física y antropológica de las ocupaciones (extensión y límites) y de los territorios (dimensiones y fronteras) tal y como los percibe la arqueología.

La arqueología de las redes de circulación constituye una extensión lógica del enfoque territorial desarrollado en el primer subtema, al llevar el debate a la movilidad humana, desde la escala regional hasta distancias muy largas. En este contexto, la cuestión de la circulación de materias primas y objetos ocupará sin duda un lugar central. Se movilizarán todos los materiales afectados, ya sean minerales (materiales líticos tallados y pulidos, arcillas, pigmentos, metales, vidrio, fósiles, etc.) u orgánicos (animales o vegetales). Esta investigación podrá apoyarse en los importantes desarrollos metodológicos en curso relativos a la identificación de las fuentes de materias primas explotadas (petroarqueología; estudios geoquímicos e isotópicos). En particular, podemos mencionar el acceso a la plataforma ATRAMAP (ubicada en el C2RMF) para el análisis de trazas y ultratrazas por LA-ICP-MS en una amplia gama de arqueo-materiales; así como la asociación con el IPGP -en el marco de los análisis geoquímicos realizados por algunos de especialistas en temas oceánicos, pertenecientes al equipo-; y los fuertes vínculos con la red de litotecas para el proyecto de una litoteca asociada al IRP Minas-Atacama para la procedencia de obsidianas, silicitas y minerales de cobre, etc. La identificación de las relaciones entre los lugares de adquisición y/o extracción, las zonas de transformación (talleres especializados o espacios domésticos/artesanales) y los lugares de recepción permitirá razonar sobre la organización territorial de ciertos subsistemas técnicos, su imbricación y, más allá, las relaciones económicas mantenidas entre los grupos humanos a diferentes escalas espacio-temporales. La identificación de los desplazamientos de individuos y grupos, ya sean nómadas o sedentarios, continentales o insulares, nos permitirá comprender su trayectoria por los paisajes que atravesaron y explotaron. En este sentido, el análisis de los restos humanos, en particular a través de enfoques isotópicos y paleogenéticos, ayudará a poner de manifiesto el origen de los individuos y, más allá, la relación entre grupos a diferentes escalas. También podríamos examinar las dimensiones geográficas de estos fenómenos, cuestionando la importancia de la distribución de los recursos (escasos/abundantes; puntuales/dispersos) en el desarrollo de las redes de intercambio. Se considerará la cuestión del cruce de zonas montañosas, la existencia de caminos muy antiguos, pero también las redes hidrográficas y el dominio marítimo, para evaluar su rol en la circulación de los objetos, las personas que los transportaban y los medios de desplazamiento utilizados. Esta última problemática abrirá finalmente los vínculos con el subtema 1.2, que examina las redes en su dimensión social y cultural.

El objetivo del subtema 3 es abordar los momentos en los que las poblaciones prehistóricas optaron por ocupar una región distinta a la de su origen, independientemente de su modo de vida. Estos patrones de asentamiento pueden estar vinculados a factores ambientales importantes (glaciación/deglaciación, transgresión/regresión marina, avance/retroceso de frentes desérticos), así como a expansiones demográficas comprobadas hacia zonas desocupadas o, por el contrario, ya frecuentadas por otras poblaciones. En este último caso, se plantea la cuestión de las interacciones entre las diferentes poblaciones afectadas, el impacto de estos movimientos en las culturas materiales (transferencias, préstamos, etc.) y, más generalmente, en los comportamientos socioeconómicos. Asimismo, explorar o migrar implica movimientos en un radio de amplitud variable, y durante un tiempo determinado, para todo o una parte del grupo social (en función a sus respectivos roles y posiciones). Estos movimientos forman parte de flujos socioculturales, más o menos intensos y distantes, que implican la movilidad de personas y la circulación de bienes, materiales o información. Según el contexto socioeconómico y los objetivos de exploración, la importancia de estos movimientos tiene un impacto diferente en las sociedades y los entornos humanos. La búsqueda de espacios vitales, alimentos y recursos naturales o la creación de vínculos socioeconómicos con otros grupos son motivaciones que pueden movilizar a estas comunidades. En determinados contextos, las particularidades de estos parámetros también pueden conducir a grados de especialización de las actividades (o grupos de actividades), que pueden limitar la elección de los lugares de residencia a nivel local y regional. En este subtema trataremos de descifrar la variabilidad de los objetivos y comportamientos que subyacen a estos movimientos poblacionales. Para ello, será necesario: (1) movilizar los datos adquiridos sobre contextos ambientales de gran heterogeneidad espacial (complejos crípticos/zonas de refugio), sobre casos de asentamientos terrestres y marítimos, y sus posibles interrelaciones; (2) abordar estudios de casos de poblaciones pioneras y la evolución de su asentamiento en el tiempo; (3) reflexionar sobre ejemplos de expansiones demográficas dentro de regiones ya ocupadas.

Tema 4: Historia, sociología y antropología de la arqueología prehistórica

El objetivo de este tema es trazar las dinámicas microhistóricas que se encuentral al origen de los diferentes sistemas organizativos de las comunidades científicas que trabajan en la arqueología prehistórica, considerando su lugar en las coyunturas macrohistóricas del mundo contemporáneo (desde el siglo XIX hasta la actualidad). Las figuras de André Leroi-Gourhan y Jacques Tixier y las escuelas que ellos fundaron son sujetos y objetos de observación privilegiados en la historia más reciente de la prehistoria (desde 1960 hasta la actualidad) porque es en torno a ellos que nacieron y se formaron las tradiciones de la etnología y la tecnología prehistóricas. Se presta especial atención a la aparición y el desarrollo de la arqueología preventiva y su impacto en la reconfiguración del conocimiento, así como al papel de las mujeres en la construcción de la arqueología prehistórica tal y como se practica en la actualidad.

Durante la segunda mitad del siglo XX -un periodo crucial que vio la construcción de nuevas bases institucionales para la profesionalización de la arqueología- la prehistoria francesa se renovó profundamente en torno a la labor de algunas figuras tutelares. Partiendo del papel clave de André Leroi-Gourhan (1911-1986) y Jacques Tixier (1925-2018), así como de la influencia nacional e internacional de sus obras, se pretende arrojar luz sobre los múltiples canales de transmisión del conocimiento científico que promovieron, así como sobre las diversas formas de apropiación por parte de los prehistoriadores. Sobre ello, aún quedan muchos aspectos por aclarar, con el fin de distinguir entre tradiciones preexistentes, préstamos e innovaciones metodológicas y conceptuales. A través de un enfoque histórico y epistemológico, este eje pretende dilucidar lo que han concretizado las trayectorias de estas dos grandes escuelas de la segunda mitad del siglo XX, y las huellas que han dejado en la historia de la ciencia. También examinaremos las circunstancias y los actores que facilitaron la rápida convergencia entre estas dos escuelas.

Esta sección pretende arrojar luz sobre ciertos puntos ciegos relacionados con la producción de conocimiento en la arqueología prehistórica, en Francia y en el extranjero. Aquí se examinan las raíces históricas de este conocimiento, desde el siglo XIX hasta su pasado reciente (mediados del siglo XX); así como las múltiples formas en que se practica la arqueología en la actualidad. La vuelta a las fuentes primarias, así como una mirada reflexiva y crítica sobre los archivos en su sentido amplio (textual, iconográfico, audiovisual), permite recontextualizar y reexplotar los datos de las excavaciones antiguas. Estos datos se reevalúan frente a las problemáticas científicas actuales y a los métodos de excavación y análisis que las abordan. Este subtema también se ocupa de la historia de las colecciones antiguas y de sus archivos -a menudo dispersos por el devenir de diversos acontecimientos-, de su valorización científica y de su restitución al conjunto de la comunidad científica. La historia caótica de algunas colecciones, que revela una forma de hacer arqueología desde hace mucho tiempo, ha provocado una erosión del patrimonio y de la memoria, así como una pérdida de información científica a menudo perjudicial, que a veces conduce a errores o a callejones sin salida en la interpretación. Sin embargo, los arqueólogos actuales no pueden afirmar que hayan superado este riesgo de manera definitiva. Por ello, queremos promover un análisis detallado por parte de las ciencias sociales de las prácticas científicas vinculadas al estudio del pasado y de lo que nos enseñan sobre el mundo de la investigación en Prehistoria, tanto en la actualidad como en el pasado.

Fueron necesarios grandes trabajos de ordenamiento del territorio para abrir el camino hacia la observación de las sociedades prehistóricas del norte de Francia, debido sobre todo al carácter “oculto” de los yacimientos más antiguos. Esto permitió a los pioneros de finales del siglo XIX, establecer los fundamentos científicos de la arqueología prehistórica al aire libre. La mecanización de los grandes trabajos frenó inicialmente el ritmo de los descubrimientos y provocó la destrucción de muchos yacimientos durante el siglo XX. En vista de la magnitud de esta destrucción, se requería un seguimiento más metódico del ordenamiento territorial; lo que devino en el desarrollo de la arqueología preventiva, tal y como la conocemos hoy. Así, a lo largo del tiempo, se han desarrollado diversas respuestas, más o menos unificadas a la “evolución destructiva” de los sitios, por parte de una pluralidad de actores arqueológicos: aficionados, académicos, agentes del Ministerio de Cultura o de autoridades locales, investigadores del CNRS (acrónimo del Centro Nacional de Investigación Científica) y de la arqueología preventiva. La diversidad institucional de la nueva UMR permite interrogarse sobre los múltiples compromisos que la sociedad civil establece entre la exigencia de un desarrollo económico y social y el deseo de preservar su pasado para estudiarlo. Esta diversidad de actores favorece también al estudio diacrónico de los vínculos fluctuantes entre las instituciones, así como las transferencias recíprocas de conocimientos técnicos entre la arqueología preventiva (o de rescate) y la arqueología programada (o con fines científicos). Se trata también de preguntarse cómo los trabajos antiguos pueden ayudar al acompañamiento científico del ordenamiento del territorio y conducir a una mejor representatividad espacial y diacrónica de nuestras observaciones sobre los asentamientos prehistóricos; y -a la inversa- comprender en qué medida los descubrimientos actuales pueden conducir a una mejor contextualización de los descubrimientos antiguos.

Aunque todavía son demasiado escasos en Europa y aún más raros en Francia, tienden a desarrollarse trabajos que defienden una historiografía crítica de la arqueología -la prehistoria en nuestro caso-, que abordan en particular el papel que han desempeñado las mujeres en el desarrollo científico y metodológico de la disciplina, la evolución de su integración en función del contexto institucional y la articulación entre sus trayectorias profesionales y personales. Está claro que la completa reestructuración de la investigación y la enseñanza superior en Francia, en la que algunos grandes prehistoriadores pudieron insertarse después de la Segunda Guerra Mundial, no habría sido posible sin el trabajo de las mujeres que tuvieron que encontrar un lugar, el suyo, en un mundo científico literalmente gobernado por hombres. El objetivo de este eje diacrónico es estudiar los papeles que han aceptado asumir desde los años 50, y también, para una puesta en perspectiva más amplia, desde principios del siglo XX, considerando que estas perspectivas arrojan luz sobre la evolución de estos papeles hasta la actualidad. Al cruzar las trayectorias profesionales de algunas mujeres prehistoridoras con la evolución más general del marco institucional de su práctica, el objetivo más amplio es el de cuestionar la posibilidad de una historia del conocimiento de género en la arqueología prehistórica.

Tema 5: Constitución de fuentes de referencia naturalista, experimental y etnoarqueológica

Este tema se sitúa lo más cerca posible de la investigación tecnológica y la experiencia de los investigadores del laboratorio. Conduce a la unificación de las prácticas de experimentación y etnoarqueología y da lugar a la producción de materiales de referencia físicos y digitales que luego se depositan en una Plataforma de materiales de referencia. El rol de esta plataforma es la de albergar colecciones de referencia puestas a disposición de la comunidad científica. Las referencias producidas son naturalistas, experimentales y actualistas.